En este entorno, la Gerencia de Riesgos es una herramienta indispensable para identificar, analizar y evaluar aquellas situaciones que pueden afectar al negocio de manera negativa, con el objetivo final de minimizar las pérdidas potenciales a las que tenga que hacer frente la organización.
Cualquier interrupción en la cadena de suministro puede afectar seriamente a la cuenta de resultados de la empresa y a la relación mantenida con sus clientes, provocando, entre otros posibles inconvenientes, el incrementos en los costes operacionales, un empeoramiento de la reputación o marca de la compañía, o la pérdida directa de clientes.